Pasamos buena parte de nuestra vida sentados en una silla trabajando. Lo que mucha gente pasa por alto es que en muchas ocasiones sus dolencias se deben o bien a estar sentado incorrectamente, como vimos en la entrada anterior, o bien a hacerlo sobre una silla que no cumple los requisitos ergonómicos adecuados.
Así, para comprobar que estamos adquiriendo una silla ergonómica, se podrían seguir estos pasos:
– Comprobar si la silla dispone de reposabrazos. De esta forma, el peso del cuerppo no recaerá completamente sobre la espalda, los brazos y los pies.
– La altura mínima del resposabrazos no ha de ser tan alta que sea un obstáculo para acercar la silla a la mesa.
– Las dimensiones del asiento deben ser las adecuadas para cambiar de postura sin obstáculos.
– Tras realizar los ajustes convenientes, es necesario adoptar una postura adecuada: apoyo completo de los pies en el suelo, las piernas en el asiento, la espalda recta en el respaldo y los brazos en el reposabrazos. En este sentido, es recomendable disponer de un reposapies cuando la silla no esté a la altura adecuada respecto a la mesa o bien cuando no se llegue a apoyarlos en el suelo.
– La regulación de la altura del asiento por pistón de gas es básica e imprescindible en el ámbito laboral, así como la inclinación y la altura del respaldo. Por ello es conveniente que la silla disponga de mecanismo syncro que permita mantener una posición dinámica.
– Es conveniente que la silla permita el desplazamiento del usuario, que tenga mucha movilidad. Así, es preferible que la silla esté dotada de ruedas, que deberán ser seguras para evitar el desplazamiento accidental.
– La tapicería del asiento deberá ser preferententemente transpirable. Para el respaldo se recomienda un acolchamiento algo más blando.
En el siguiente gráfico están resumidos los puntos clave que debe tener una silla ergonómica.
En Oftega disponemos de un amplio catálogo de sillería ergonómica que cumple con todos los estándares de calidad.
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