Cuando se adquiere mobiliario de oficina pocos saben que existe un manual específico para la limpieza del mismo. Pues sí, existe un cuidado protocolo que debemos conocer si queremos que el mantenimiento de nuestras sillas, mesas, armarios y demás utensilios permanezcan en buenas condiciones.
Hoy hablaremos un poco de algunos consejos para lograr que nuestra oficina luzca con buena apariencia y se mantenga cuidada por más tiempo.
La limpieza de las oficinas va a depender del material del que esté hecho cada mueble o silla. Adaptándonos a esto emplearemos unas técnicas u otras para efectuar la limpieza.
Si los muebles son sintéticos la técnica resulta muy simple ya que sólo hay que humedecer una bayeta en una solución con detergente neutro y conseguiremos unas mesas, estanterías y armarios relucientes. Si lo que tenemos es madera maciza también se suele aconsejar usar soluciones neutras para no dañar la belleza natural de este material.
La limpieza de sillas de oficina es un tema algo más complicado, debemos contar con que casi todas están recubiertas con material textil, piel o piel sintética. Cuando es textil hay que aspirarlo frecuentemente y lavarlo con un producto específico. Si el tapizado es de piel debemos hidratarlo de forma periódica, esto podemos conseguirlo utilizando distintas emulsiones especiales para este fin.
Para eliminar la suciedad de los equipos informáticos, como son las pantallas de los ordenadores basta con una bayeta de microfibra, agua y una solución de detergente neutro. No se debe pulverizar directamente sobre la pantalla sino que habrá que humedecer la bayeta con agua y el detergente primero y después limpiarla.
En el tema de los suelos, si es una moqueta hay que aspirarlos diariamente ya que se ensucian bastate,y con cierta regularidad necesitarán una limpieza más específica. Los pavimentos con acabados en PVC o cerámicos se pueden limpiar con una mopa ligeramente impregnados en una solución de agua y detergente neutro o friegasuelos.
Por último, las mamparas no requieren mucha atención porque son elementos que no suelen ensuciarse, y sólo les hará falta una pequeña limpieza periódica.
Como se puede observar si se conoce cómo mantener una corecta higiene de las instalaciones en los despachos, se logrará su conservación en el tiempo y su mayor eficiencia.
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